Sunday, May 17, 2009

La historia del hombre que nunca durmió... (Alphonse Herpin)

Hace muchos años, siendo un púber aún, leyendo en la revista Conozca más o Muy interesante (no recuerdo cual de las dos era), me llamó la atención, esta historia.
Asados de por medio, apuestas, y varios incrédulos al respecto, publico ahora, dicha verdad:

Al principio, la cosa era una curiosidad para unos pocos. Los vecinos de Alphonce Herpin conocían la historia desde hacía tiempo, y la tomaban como algo que formaban parte de sus vidas de manera natural. Iban a visitarlo de vez en cuando y hablaban con el.
Alphonse siempre tenía tiempo, en rigor de verdad, le sobraba. Porque nunca había dormido.
En los primeros años de la década de los ´40 llegaron, atraídos por el rumor, los primeros médicos. Lo veían en su más que humilde casita de carton prensado de las afueras de Trenton, Nueva Jersey, EE UU.
Por entonces era ya un anciano pero conservaba cierta jovialidad y buen trato. Una mesa de madera rugosa y una vieja mecedora eran los únicos muebles que él tenía. Ni cama , ni catre ni colchón, ni nada que sirviera para acostarse allí.
Era la primera prueba, aunque no concluyentes, de que en efecto ese hombe jamás dormía. Él mismo les contó a los profesionales que la versión era cierta y que jamás en su vida había dormido ni siquiera una horita de siesta.
A lo sumo se sentaba en la mecedora y se quedaba allí por un corto tiempo, sin cerrar los ojos, dejándose reposar, luego volvía normalmente a su trabajo como albañil, con el que había logrado su sustento durante toda su existencia. Desde el punto de vista científico aquello no era algo raro, sinó, sencillamente imposible para cualquier humano. No se puede sobrevivir mucho sin dormir. Se sabe que todo el mundo tiene que hacerlo de manera imprescindible, no solo para darle descanso al cuerpo sinó, tambien para darle alimento a su mente. Dormir equivale a comer, beber o respirar, no se puede prescindir de eso. Cada órgano está hecho de tal forma, que requiere sin vueltas, su descanso. Sin embargo, esos primeros médicos comprobaron que Alphonse no mentía.
El testimonio público que hicieron empujó a docenas de colegas hasta aquel pueblo de Nueva Jersey. Y luego a cientos de turistas.
Los habitantes del lugar hicieron su agosto alquilando albergues, abriendo fondas y tabernas, guiando a los visitantes y hasta vendiendo souvenirs, que incluirían frasquitos de la tierra de ese poblado.
Todo el mundo, turnándose empecinadamente para vigilar al fenómeno, pudo comprobar que no había fraude: ese hombre no dormía jamás y nunca lo hizo en su vida.
Mimado por quienes llegaban hasta allí, Alphonse murió el 3 de enero de 1947, felíz por toda la compañía cariñosa. Al fín se durmió -y para siempre- por primera vez en su existencia. Tenía 94 años de edad. Nunca tuvo una explicación racional para lo suyo.

Entre los muros, film de Laurent Cantet


Anoche concurrí al cine del Shopping del Siglo, desde que ví Manual de amor, que no iba a esas salas, muy calurosas por cierto.
La película escogida fue Entre los muros, francesa y galardonada con la palma de oro del festival de Cannes del 2007.
Gran film, con un acertado cuestionamiento al sistema educativo, del secundario.
La trama se desarrolla en Francia, en un establecimiento público, en el que el Profesor de francés, Sr. Marin (el mismo apellido, que mi gran amigo Nacho), debe soportar los constantes atropellos y desconsideraciones de los estudiantes, que allí concurren.
Se trata, en su mayoría, de hijos de inmigrantes, preferentemente de países ex colonias francesas, como Costa de Marfil, Marruecos, Mali, etc... incluído un chino, al cual su madre someten a un proceso judicial por ser inmigrante ilegal.
Excelentes planos, intensos diálogos, agudas observaciones, incesante ritmo en el guión, y aceptables actuaciones.
El fútbol como elemento globalizador, las historias personales de cada personaje, siempre dentro de esos muros que conforman las paredes de la institución educativa, particularmente el salón y la clase de francés.
Acá les dejo, a propósito con el tópico de la película, una reflexión:

La educación pública en la historia cercana de nuestro país tuvo distintos períodos, con distintos objetivos desde el gobierno de turno:

- 1870 – 1940: Se buscó extender la enseñanza elemental para conseguir una uniformación de la población ante el fenómeno de la inmigración europea. Saber leer era una habilidad envidiada. Cultura del folletín, el libro, el diario. Los gobiernos creen que necesitan ciudadanos ilustrados y buscan aumentar el capital humano.

- 1940 – 1990: El mundo estaba dividido entre “los buenos” y “los malos”. En la escuela el maestro era el portador de los saberes, que eran entregados como herramientas a los alumnos para que estos se labraran un seguro porvenir, dependiendo de su sola voluntad. El progreso y el ascenso social eran posibles y aún seguros para los más capaces.
Las actividades sociales eran múltiples y los clubes sociales y deportivos tenían mucha concurrencia, se hacían desfiles y reuniones públicas. Los gobiernos perdieron de vista a la educación como prioridad en los gastos.

- 1990 – 2009: En el mundo cayeron el comunismo y el neoliberalismo. La globalización termina con las seguridades de fuentes de trabajo y los trabajadores cambian fácilmente de lugar de trabajo.
Aumenta la informalidad y el trabajo “en negro”. La institución familiar se desmorona, por separación y/o divorcio de los padres, etc. En la escuela se busca teóricamente hacer posible el diálogo maestro – alumno.
El aislamiento social de jóvenes y adultos está fomentado por el uso autista de la televisión, los juegos electrónicos, la informática y la decadencia de los servicios sociales de clubes y otros centros. Auge de las adicciones.Los gobiernos caen en la cuenta que cuando más ignorante y empobrecido es el pueblo, más fácilmente se lo maneja. No existe un modelo buscado de país.
A pesar de la crisis económica mundial actual, si el gobierno argentino quisiera mejorar la tarea educativa, debería:- Asumir la necesidad de la protección, formación y diálogo con los niños y adolescentes.-
Reconocer la función socializadora de la escuela, que reemplaza y/o cubre múltiples carencias institucionales (familiares, sanitarias y sociales).-
Aprovechar, potenciar, capacitar y favorecer la tarea de los maestros y las escuelas.- “Adoctrinar” y formar amplia y profundamente a los directivos de las escuelas según el modelo de alumno y de país que se busca conseguir.

Que familia!!!


Ellis Marsalis – Piano

Branford Marsalis – Saxos

Delfeayo Marsalis – Trombon

Jason Marsalis – Bateria

Wynton Marsalis – Trompeta

Roland Guerin – Bajo Acustico

Harry Connick Jr. – Piano

Lucien Barbarin – Trombon
01 - Swinging at the Haven
02 - The Surrey With the Fringe on Top
03 - Wynton speaks
04 - Cain and Abel
05 - Nostalgic Impressions
06 - After
07- Sultry Serenade
08 - Twelve’s It
09 - Harry speaks
10 - Saint James Infirmary
11 - Struttin’ With Some Barbecue

Tuesday, May 12, 2009

El regreso de Marce (Por Tomás Lüders)

Marce

Estudio: Marcelo presenta la introducción a su programa 20 Aniversario:

“Los de Lost nos copiaron…. la serie americana más exitosa…nos copiaron.. ¡Qué hijos de p…!”

Corte a escena en la playa:
Marcelo ocupa el lugar de Jack, el héroe de la serie. Marcelo-Jack camina por la playa. Entre los restos humeantes de un avión destruido, deambulan pasajeros heridos y desconcertados. Todo es dolor y confusión. Marcelo-Jack reacciona y se sube a la cabina cercenada del boing estrellado. Prende la radio y desde un parlante imaginario sale a todo volumen Twist and Shout de los Beatles... Entonces aparecen las chicas con poca ropa de todos lados, y los heridos se transforman en el elenco masculino de Showmatch. Empieza la fiesta en la playa.

Corte a estudio. La cámara toma a los muchachos que aprueban festejantes. Las chicas, siempre con poca ropa, siguen bailando sonrientes sobre el fondo del escenario.

……

Estaban todos para los 20 años: Suar, Francella, Cacho Castaña, todas las generaciones de su elenco (Pablopachu, Freddy, Campi, Yayo…), y hasta Gasalla, que desentonaba un poco.

Sería fácil acusarlos de símbolos de los 90s. Son muchos los personajes mediáticos, todavía exitosos, que dejaron su marca (y quedaron marcados) por aquellos años locos (o crazies, como se decía tanto entonces). Además, no toda marca implica complacencia con el entonces hegemónico menemismo o neoliberalismo a la justicialista. Tampoco toda marca demoniza, aunque a veces se defiendan “modelos de país” con ese argumento.

Pero no hay dudas de que en los 90s se actualizó mucho de nuestro ser argentino, y se comenzó a legitimar mucho de lo que ya se hacía soterradamente, pero no en público. Suele suceder eso en aquellas etapas en las que el narcisismo de una sociedad está en alta. Y esto no es necesariamente malo.

Entre otras cosas, los 90s implicaron una modernización del discurso mediático nacional, lo que produjo muchos esquemas renovadores para pantallas y páginas que se habían quedado en la lógica del blanco y negro. Pero la “modernización” también multiplicó al infinito el gran mito argentino de ser los mejores por nacimiento… ya no hacían falta graneros, ni vacas, ni diegos: el mundo se orientaba hacia el sur para admirar nuestra viveza adaptativa. Y así, les enseñamos a los inventores de la dialéctica winner-loser, los “americanos”, que se podía ser ganador sin empezar poniendo el hombro desde perdedor: the Argentine dream.

Éramos los jugadores estrellas del tablero financiero global. Y si no nos miraban, el turista y su peso-convertible viajaban para hacernos notar. También viajaban los corresponsales de Marcelo, que se reían a carcajadas de cuanto alemán o coreano se les cruzaba. Poco avivados, no entendía que se los insultaba cuando se los llamaba, sonrientemente a la cara y en su propio país, “pelotudos”… o “gomas”.

Y es que con Marcelo, si no eras el feo de turno, la gorda de turno (“deigorrrr”, gritaba José María con su novedoso celular en mano), el gordo de turno (“dogorrr”), podías reírte tranquilo y a costilla suelta. Eso sí, si te estabas quedando pelado convenía empezar a preocuparse, podías pronto recibir un “dolapeee” en pleno microcentro porteño. Otros que caían siempre eran los viejos. Generalmente no entendían nada hasta que les ponían la cámara desocultada sobre la cara. La falta de educación mediática los hacía víctimas dilectas de las joditas de Marcelo. En realidad, aunque se llamaran “jodas para Tinelli”, no las hacía él, sino sus rapidísimos notero-humoristas. Marcelo, Marce, nunca era el chanzador. Si hasta trataba de hacer disfrutar del show al embromado de turno. Para eso, éste era invitado a ver en vivo su propia cámara oculta: “contános cómo pudiste ser tan gil”, hubiera podido ser el título de esa sección. Más pesada la broma, más divertido era verle la cara. Igual, lo que Marce no decía “en el piso”, lo gritaban los muchachos: “¡Gomazo!”, ¡“bolu…”!. “En el piso”, ¡cuánto aprendimos sobre medios siguiéndolo a Marce!

Como es sabido, Marce actualizó el lenguaje de todos los argentinos, y hasta aggiornó el muy platense “alverre”. Gracias a Marce, podíamos, por ejemplo, burlarnos de la intimidad erótica de los homosexuales con palabras que eran admisibles hasta en el salón del primario (perdón, del polimodal): bastaba decir “come bala” o simplemente “bala”. Como adolescente formado en la primera época de VideoMatch, para mí las personas excedidas de peso pasaron a ser queribles “dogors”, y las personas de rasgos orientales (de cualquier origen), simplemente “ponjas”. Los dogors ya no tenían problemas para seducir mujeres, sino que “no tocaban una teta”, y los ponjas, bueno, los ponjas todavía no entienden nada, aunque ahora esté lleno de supermercados chinos.

En los 90s el “tonto” pasó a ser “boludo” o “gomazo”, y cuando se gastó el gomazo y el tradicional boludo no alcanzó más, empezamos a usar el “hijo de puta”. Y fue Marce quien nos enseñó cómo podemos decir “hijo de puta” todo el tiempo. Basta con omitir la última silaba de la expresión y ya está: “hijo de pu...” para todo el mundo. Ahora podemos escucharlo a toda hora en la calle, en el aula, en la oficina, en los mediodías de la tele. Lamentablemente, las (malas) palabras perdieron bastante efectividad. Yo no sé usted lector, pero desde que mis amigos pasaron a ser todos hijos de puta, ya no sé cómo llamar a mis enemigos.

Vale aclarar, que lo de “hijo de pu…” o “ponja”, como muchas otras cómicas expresiones, no son algo original de Marce y lo suyos. Posiblemente comenzaron a circular antes de ser usadas en los sketches VideoMatch. Y es que a Marce no hay que verlo tanto como a un genio creador, sino más bien como a un gran intérprete e impulsor de un espíritu de época que se resiste a ir. Y cuando amaga a irse, justamente ahí vuelven Freddy, Pablopachu, Korol…

La tele de la que Marce era rey también nos enseñó cómo hacernos famosos sin esfuerzo, a pura viveza. Él montó concursos de chistes, de habilidades curiosas, de canto, de baile erótico y hasta de frotación de caño. El arte del cabaret se volvió apto para ser consumido en la mesa familiar, y hoy hasta la patrona opina de lo bien o mal que “una famosa” seduce con sus tetas y culo mientras le sirve los fideos a los chicos. En tanto el pezón no se vea, la raya del culo esté cubierta por un finísimo hilo, o el pene sea reemplazado por un objeto fálico, la cosa no es porno, y a la mujer no se la somete sexualmente en cámara (como no se lo hizo cuando el bueno de Marce hizo arrodillar a sus dancing girls para hacerles chupar confites de un tubo gigante). Vale aclarar que, a pesar de la crisis, muchos “famosos” –esa nueva clase social de profesión indefinida– todavía comen gracias a los periódicos 15 minutos de fama que Marce les supo dar.

Marce además nos enseñó que, a pesar de haber claudicado definitivamente a renovar a nuestra clase dirigente (el reformismo se transformó en resignado posibilismo), los medios están ahí para ocuparse de las “necesidades de la gente”. Los famosos compiten y bailan para que los chicos de un comedor de la Villa 21 almuercen, para conseguir un tomógrafo para algún hospital público, para que los bomberos de Berazategui se equipen… La fama también hace a la solidaridad.

Y así, las necesidades básicas dejaron de ser derechos garantizados por el Estado para pasar a ser “sueños” que compiten por hacerse realidad. Hoy tiene la misma entidad el deseo de conocer a Ricky Martin o Worldisney que la urgencia por obtener un transplante renal. Si su sueño es el segundo, entonces encomiéndese a las piernas de Pampita.

En una de las líneas de los bien guionados diálogos “espontáneos” de Marce con sus invitados, Adrián Suar, Adrián, el otro gran ganador del piso, le reprendió a Marce el enorme costo de todo lo que no dejaba de anunciar: la participación de todos los elencos de todos los años, más chicas, más bailes kids (desde los 90s, al niño frente a cámara no se le dice chico, se le dice kid), más cámaras, más viajes por el mundo… Y es que, si no se nota por sí solo el mucho dinero que cuesta algo, todo lo que se invirtió en lo que está frente a cámara, es necesario decirlo con todas las letras. “Showmacht es el show más caro de la televisión”, que se sepa. “Aún en esta época”, aclara un Marce siempre dispuesto a no medir costos para darle a la gente lo que la gente pide.

Adrián también hacía lo mismo antes de devenir en renovador de la comedia costumbrista. En sus policomedias –en las que tenía siempre a la figura masculina de turno de partener y la chica de tapa de novia– sobraban las explosiones, el efectismo era llevado al extremo (hasta se mostraba el helicóptero con el que eran tomadas las explosiones). El gasto tenía que ser evidente. Desde entonces, en la tele de Marce la cantidad tiene que ser parte del efecto de sentido, y si el espectador no lo nota por sí solo (cosa cada vez más difícil de lograr, dada la superioridad de recursos del modelo norteamericano), entonces hay que hacerlo explícito: “gastamos todo esto”, “pusimos todo esto”. La obra dejó de valer por sí misma. Tiene que quedar en claro que su factótum (Marcelo, Adrián, Susana o Mario) puede poner mucho. Pueden conseguirlo todo por la gente. Ahí están los muchachos detrás de cámara para aplaudir (ahí estamos nosotros detrás del detrás).

Después de todo, como le dijo a Rial el propio Marce sobre sí mismo, “a mí me encanta competir y ganar”, y desde los 90s, las victorias del éxito se pueden demostrar con números gracias al placer popular cuantificado en rating. Y así, hoy el rating es la forma de todo género. Todo se renueva bajo el estándar de la cantidad: más caro, más alto, más largo, más de más... más de lo mismo. Marce (y Adrián, y Mario, y Susana) nos ayudaron a naturalizar el éxito competitivo como virtud. Por eso cada campo social es un campo de juego, y cada cosa no vale sino en tanto medio para el éxito. Pero en el campo de la tele, no todos somos jugadores: la mayoría somos fichas… o puntos de rating.

Para la vuelta, Marce prometió, como siempre, una apertura más novedosa que ninguna otra (la novedad es el nombre “cualitativo” de la lógica del número). Por eso nos anuncia que se va a imitar a Lost, “la serie americana más importante de estos tiempos”. Pero en la vuelta todo huele a nostalgia. Nostalgia de la época del fin de las nostalgias. La presencia de los elencos pasados tiene el sabor de un reencuentro con los ex compañeros de curso (para mí un Ciliberto o un Carna son índices de adolescencia). Todos bailan mientras se escuchan las cortinas de los primeros videomatchs. Marce saluda a cada uno y les preguntan en qué andan ahora… después de todo aquello. “¿Todavía sos de Boca?”, “gasta” Marce al dogor Larry De Clay. Aquellos buenos tiempos…

Por eso, “aún en esta época” en la que lo global ya no es sinónimo de viaje a Miami o Europa, sino de crisis y pestes raras, en la que lo “oscuro setentista” nos obtura el “platinado noventista”, hay que seguir dándole alegrías a la gente. Los muchachos de Marce que saltan eufóricos en el fondo (menos al fondo que “las chicas”, que son la parte más sensual del decorado), están ahí en representación de la gente que no quiere oír de retenciones, de indecs de moreno, de fiebres porcinas, de cortes de rutas, de capos sindicales en la calle, ni de nada por el estilo.

Eso sí, en Showmatch no todo es evasión. Marce siempre deja lugar al compromiso: “vuelve el humor político”, nos anuncia. Él, sí él, el genio de la evasión va a traerlo. Él, deja claro que es él quien lo trae. Cuando se lo acusó de frívolo y exhibicionista, los participantes empezaron a frotarse por todo tipo obras benéficas, cuando se lo acusa de falta de compromiso, “trae al humor político”. Seguiremos entonces disfrutando de la ilusión, pero también nos vengaremos de los eternos villanos, de los que no saben darle alegría a la gente, de los culpables de todo. Con Marce, nos vengaremos de los políticos.

El álbum blanco de los Beatles


Son 30 canciones, casi todas memorables, repartidas en un álbum doble. Muchas de ellas concebidas durante el retiro espiritual a la India con el gurú Maharishi, representan también el comienzo del proceso de separación de la banda. Los Beatles casi no se hablaban entre sí. Aquí, un viaje por aquel 1968 y el significado del álbum en la historia de la música popular.

Iba a llamarse Casa de muñecas, como la polémica y magnífica obra que el dramaturgo noruego Henrik Ibsen estrenó en 1879. Pero los Beatles llegaron tarde con la idea: la banda de rock progresivo Family picó en punta, y pocos meses antes editó su debut: Música en una casa de muñecas. ¿Y quién tiene ganas de pensar en un nombre nuevo cuando ya te tiraron abajo el muñeco (y la casa)?
Los Cuatro Magníficos cortaron por lo sano y decidieron que el nuevo disco (doble) se titularía The Beatles, a secas. Y eligieron una portada nívea, blanca y despojada, lo más lejos posible de la parafernalia colorida de su anterior Sargento Pepper.
No mucho tiempo después, cuando los fans se cansaron de la pregunta: ¿Cuál The Beatles decís, la banda o el disco?, el Album Blanco consiguió su apodo definitivo. Y el paso a la historia.El 22 de noviembre de 1968, la friolera de treinta y dos temas que los Beatles venían acuñando se convirtió, por fin, en objeto sonoro.
Dos de las canciones (Hey Jude y Revolution) aparecieron antes y aparte, sublime punta de lanza, como las dos caras de un single editado en agosto (y el primero bajo su nuevo sello: Apple).No habían sido tiempos sencillos, los tiempos de esta prolífica y desaforada racha compositiva. El manager beatle, Brian Epstein, había muerto por sobredosis accidental. El filme Magical Mystery Tour había sido un fracaso para la crítica. Paul se separaba de su novia; John, de su esposa y madre de su hijo Julian. La misteriosa Yoko Ono aparecía en escena (el mono, la llamaban las bestias; todos tienen algo que ocultar excepto yo y mi mono, respondió Lennon).
Los cuatro músicos se metieron de cabeza en las faldas del Maharishi Mahesh Yogi, un señor a quien conocieron en Gales y a quien siguieron luego hasta la India. El ashram (refugio espiritual) del Maharishi resultó un lugar adecuado y quieto -a priori- para la concentración y la inspiración musical. Y, a contramano de las sospechas de que el resultado sería un ramillete de odas místicas, la lista de nuevas canciones acabó conformando el álbum con más variados estilos de toda la historia de la música popular de este lado del mundo: ska ( Ob-la-di Ob-la-da), rock playero (Back in the USSR), country-western (Rocky Raccoon), proto-metal (Helter Skelter), baladas acústicas, soul, blues británico, rock & roll, folk... y su ruta hacia la eternidad.Pero no perdamos de vista al Maharishi: si bien los cuatro músicos quedaron muy desilusionados ante este discutible prócer que llegó al punto de registrar Meditación Trascendentalcomo ¡marca comercial! (véase la página de internet http://www.tm.org/), su barbada figura también disparó varios versos, hoy convertidos en clásicos.
Lennon no tuvo ningún empacho en contarle su decepción al mundo: Sexy Sadie llevaba originariamente el nombre del Maharishi, pero el título fue modificado enseguida, por miedo a una demanda legal. "Sexy Sadie, ¿qué hiciste? Les tomaste el pelo a todos..." (Al parecer, el gurú había querido restregar sus sacrosantas manos sobre la anatomía de Mia Farrow, quien, junto con su hermana menor, Prudence, también participaba del retiro en la India.)
Por su parte, Prudence Farrow (20) se había implicado tanto en la contemplación de su propio ombligo, que no asomaba la nariz de su cabaña ni aunque cayeran tranvías de punta. La inolvidable Dear Prudence no es otra cosa que los nudillos de John tocando a la puerta de la jovencita: "Salió el sol, el cielo es azul, es hermoso, y vos también lo sos... Querida Prudence, ¿no querés salir a jugar?" Mientras el mundo era un polvorín infernal y una tienda de inesperados milagros contraculturales (los asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy, la guerra de Vietnam, el Mayo francés, las luchas por los derechos civiles, Hair...), entre fines de mayo y mediados de octubre de 1968, empezando por Revolution y terminando con Julia, los Beatles grabaron un álbum doble que a George Martin, su productor, le pareció excesivo y autoindulgente.
Martin prefería un solo disco, acotado y "selectivo". Los cuatro músicos, distanciados entre sí, grabando por tandas solitarias y percibiendo el comienzo del final, prefirieron poner toda la carne en el asador, por las dudas de que no hubiera segunda vuelta. Hicieron bien. Casa de Muñecas: Prudence, Julia, Martha, "la Mona" Yoko, la Madre Naturaleza, la Guitarra que Llora... Muchas almas femeninas habitan esta obra maestra que hoy, cuarenta años después y en otro siglo, sigue representando el más fabuloso Archivo General de la mejor música de Occidente.


Disc: 1 1. Back in the U.S.S.R. 2. Dear Prudence 3. Glass Onion 4. Ob-La-Di, Ob-La-Da 5. Wild Honey Pie 6. Continuing Story of Bungalow Bill 7. While My Guitar Gently Weeps 8. Happiness Is a Warm Gun 9. Martha My Dear 10. I’m So Tired11. Blackbird 12. Piggies 13. Rocky Raccoon 14. Don’t Pass Me By 15. Why Don’t We Do It in the Road? 16. I Will 17. Julia


Disc: 2 1. Birthday 2. Yer Blues 3. Mother Nature’s Son 4. Everybody’s Got Something To Hide Except Me And My Monkey 5. Sexy Sadie 6. Helter Skelter 7. Long, Long, Long 8. Revolution 1 9. Honey Pie 10. Savoy Truffle11. Cry Baby Cry 12. Revolution 9 13. Good Night



Las canciones fluctuan entre varios estilos musicales, desde el rock hasta el pop, el blues, el country, incluso notas siniestras, musica experimental, o algo mas heavy en una epoca en que el heavy aun no habia nacido como movimiento musical.
Cada Beatle aporto sus propias canciones en una etapa en que el grupo ya estaba metido en problemas internos. Aun asi, lograron hacer una obra maestra de la musica, un disco que contiene casi todos los estilos habidos y por haber. Si algo caracterizo a los Beatles, y fue más acusada en su segunda etapa, sobre todo con el disco ’Revolver’ en 1966 y posteriormente con su obra magna ’Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band ’ en 1967, fue el de iniciar una revolucion musical que sin duda sin ellos, nunca hubiera pasado, y seguiriamos tan tranquilamente escuchando el simple rock and roll de los EEUU, o algo peor.

Sunday, October 07, 2007

Querido Papá Noel:


Querido Papá Noel:



Como hace unos años hubo algunos problemas de interpretación respecto a que: CUANDO TE PEDÍ...'un presidente con cabeza'....vos trajiste a DUHALDE;



Y CUANDO PEDI.......alguien con una mirada diferente'..............MANDASTE A KIRCHNER.Este año (CON TIEMPO...) te quiero aclarar que: PARA EL 2007

Si pido 'un presidente que se meta la Argentina en 'el bolsillo' no me refiero a MENEM.Si pido 'una figura de peso' ...no me refiero a LILITA CARRIÓ.


Si pido 'alguien con mano dura'...no se trata de SCIOLI.


Si pido 'alguien que tenga una carta en la manga'...no es DE LA SOTA.


Si pido 'alguien que se rompa el traste por nosotros'... no me refiero a RODRÍGUEZ SAÁ...

Si pido 'alguien iluminado'…….no hablo de CRISTINA…….



Por eso, querido Papá Noel, si no tenés a nadie más para traer, no nos mandes cualquier cosa... danos un poco de tiempo para ver si tenemos más suerte con los Reyes Magos.




GRACIAS, LOS ARGENTINOS

Thursday, October 04, 2007

cristina

Reina Cristina


Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, titular del Documento Nacional de Identidad Nº 10.433.615, con domicilio en la calle Alcorta Nº 321 de la Ciudad de Río Gallegos, no está inscripta en el colegio público de Abogados de la Capital Federal ni en ningún Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires.
En la Provincia de Río Gallegos, si bien no existe Colegio de Abogados, debería haberse inscripto en el Tribunal Superior de Justicia, lo cual no ha hecho jamás.
Para despertar más sospechas, tampoco está inscripta como abogada responsablemente "autónoma" ni como "monotributista", por lo que jamás pudo haber facturado en la profesión.
Sólo aparece inscripta supuestamente como abogada en la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia bajo el Tomo 57 y el Folio 322, lo cual tampoco es muy claro, ya que nunca ejerció en dicho lugar. En caso de no ser abogada y haber firmado como tal en Comodoro Rivadavia, estaríamos frente a un grave delito.
Asimismo, si hubiese sido abogada cuando, junto con Néstor Kirchner, abrieron en el año 1976 un Estudio en Santa Cruz, tendría que haberse inscripto y hubiese firmado presentaciones, escritos o documentos referentes a la profesión. En ninguna causa tramitada en la Provincia de Río Gallegos aparece Cristina de Kirchner como abogada.
En el mismo sentido, a pesar de la profunda búsqueda, este periódico no pudo encontrar a ningún compañero de graduación de la primera dama y menos aún testimonio alguno que certificara sus años de estudio después del tercer año de "cursada".
Sólo una poco confiable fuente (por su evidente oficialismo) de la Universidad de La Plata admitió que estaría inscripta en los libros de la misma como que se habría recibido en octubre de 1979, aunque no quiso facilitar documento alguno ni permitió que se consultaran los libros de actas de la facultad.
Para generar más sospechas, llama la atención que en el curriculum vitae personal de la primera dama en vez de decir que "se recibió de abogada en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales", dice que "cursó estudios de abogacía en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales".

Saturday, September 29, 2007

Lila, de Juan Quintero & Luna Monti ( O Visceversa)




ttp://www3.rock.com.ar/notas/2/2003.shtml




Crítica: "Lila"


Matías Peluffo








Hay algo raro atrás de estas canciones, como cuando una persona cuelga un cuadro en su habitación y, adrede, lo deja un poco torcido. Pero no para llamar la atención, sino buscando que un perfil de la imagen gane peso.


Esa actitud, basada en la voluntad experimental del guitarrista Juan Quintero y el sortilegio provocado por la voz de Luna Monti, genera una agradable "rarosidad" en los 45 minutos habitados por estas canciones.


La apertura es "Garzas viajeras" (del uruguayo Aníbal Sampayo); allí el acordeón aporta dulzura y la letra incluye una paradoja marxista: "doblando el lomo para que otro doble sus bienes".


En la copla de origen anónimo "Verde romeo" Quintero construye interesantes y dinámicas melodías progresivas con su guitarra.


La versión de "Confesiones del viento" (de Yacomuzzi y Falú) tiene una vocalización perturbadora, sombría, con más de Nick Cave que de Horacio Guarany.


En "Cuando" la voz líder la lleva Jorge Fandermole y tras ella llega una versión del chamamé "El cosechero" (de Ramón Ayala) donde no se quedan con ganas de experimentar: está casi a capella, con la única intervención de un sonido como de sopapa a modo de percusión.


"Rosario Pastrana" (de Juan Falú) parece una canción compuesta para que la cante Chavela Vargas y en ella la guitarra de Quintero dibuja usando escalas casi jazzeras. "De ida y vuelta" (donde toman parte unos teclados que vuelven a la canción más frágil) y "Caminito" (de Fernando Barrientos) constituyen los punto más taciturnos de Lila.


El tradicional "Yerba buena" bajo la mirada de esta pareja tiene la calidez litoraleña de un mate dulce y cuentan con la inconfundible presencia de Juan Falú en guitarra y voz.


Sigue "Maricón", intrincada y cómica composición que Quintero grabó en Avenido (último disco de Aca Seca, trío folklórico también integrado por él); en la garganta de Luna Monti suena más sosegada que la original.


En "Canción de mi ciudad" invitan al bandoneón de Julio Ramírez para sacarse las ganas de hacer un tanguito y demuestran ductilidad para saltar de género sin sufrir cimbronazos. En "Aire seré" insisten con eso de coser melodías progresivas y así caen en "Al cimbar de la vida", tonada mendocina que le da el punto final a un disco soberbio y pleno de matices. El disco viene acompañado por un mini disc con un puñadito de canciones folklóricas para niños.


Son cuatro cancioncitas con dos chistecitos musicales en el medio (uno tiene un textura gitana y el otro es un corito arreglado donde está invitado Andrés Beeuwsaert).


"Chipá" es un chamamé donde explican la receta para hacer el tradicional pancito misionero.


"El niño caníbal" cuenta, sobre un carnavalito acústico y sin percusión, la historia de un niño que no tiene amiguitos, ni tíos, ni hermanitos porque tuvo mucho apetito.


"Puente" transmite agradables pasajes pictóricos a través de una entonación delicada y una guitarra que descolla.


El cierre es una canción de cuna, "Versos Chiquititos". Esta tercera placa del dúo es el resultado de la pasión por la música, pero también del amor, ya que el Juan Quintero y la Luna Monti son novios y conviven en Flores.


Es folklore, pero vanguardista. Y logra darle una vuelta de rosca al género. Tan íntimo como el mate compartido a la mañana por una pareja, tan ecléctico como la unión entre un tucumano y una porteña.

Thursday, September 27, 2007

Cinco estrellas (Leo Masliah)




Mientras repaso el documental sobre Victor Jara, bajado anoche, titulado "El derecho de vivir en paz",el Kill to get crimson de este año de Mark Knopler, y el disco instrumental de S. Wonder llamado "La vida secreta de las plantas", me puse a tararear un viejo tema del gran Leo Masliah que grabaron los Attaque 77 en el CD "Otras Canciones" y acá les paso la letra; hablamos de Cinco Estrellas, que actualmente es la cortina del programa en canal 7 de los hnos Korol y se los recomiendo antes de ir a la cucha todas las noches.




Cinco estrellas (Leo Masliah)





Eran 5 hermanos que decían quiero ir a las estrellas.



Y los padres les decían que tal vez ellos irían



siempre que primero terminaran los deberes de la escuela.



El primero no quería nada de eso, solo las estrellas.



Y las vio bien grandes cuando el padre (atiendan el detalle)



lo agarró a patadas y lo echó derecho viejo pa´ la calle.



El segundo se fue para hollywood a trabajar de mozo,



en un bar donde comían siempre muchas de las grandes estrellas de cine,



como Linda Blair y como Charles Bronson.



El tercero se hizo comisario y le pusieron una estrella,



reluciente en la solapa de su clásica chaqueta.



Y con el tiempo se olvido de las estrellas y de los planetas.



El cuarto de los hermanos estudio para ser arquitecto.



Y gracias a tres botellas, consiguió salir electo.



En la licitación para el proyecto de un hotel de 5 estrellas.



El menor el quinto era distinto,



no quería, no podía,



no sabia conformarse con estrellas de mentira



y hoy acaba de mandar una postal desde las tres Marías.



Eran cinco hermanos que decían quiero ir a las estrellas.

Wednesday, September 26, 2007
















esa hamaca de la que todos hablan...










Nos tomamos un rato con el amigo Damián, su perrita Azula (sí, asi se llama) y Juli y fuimos a chequear personalmente el asunto de las hamacas.
No se movieron ni ahí, pero no va a faltar oportunidad para que lo hagan...